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El Salvador y la oportunidad de su vida | Universo Deportivo

    Foto Édgar Luna
    Joel Almeida encontró en la liga cuscatleca lo que México le negó

    San Salvador.— La carrera como futbolista de Joel Almeida estaba a punto de llegar a su fin.

    El joven portero mexicano había bregado desde los 15 años por diferentes clubes en busca de un espacio para cumplir su sueño.

    Pero su patria se lo negó, las constantes trabas legales y no legales que existen en México, lo hicieron darse por vencido, bueno, casi.

    Hasta que El Salvador ”lo salvó”. Sí, la liga del país centroamericano le ayudó a recuperar su carrera y ahora es portero titular del Santa Tecla de la Primera División cuscatecla, donde es compañero de Sebastián Abreu.

    Soy de Durango, traté de jugar en todos lados: En Monterrey, Morelia, en Pumas, en Zacatecas, en San Luis; fui hasta a Europa, a Malta y no, no se me daba”, recuerda el llamado “Pitukz”.

    Los sueños de ser futbolistas de Joel pusieron su punto final cuando nació su hija. “Decidí que era tiempo de dejar de soñar, trabajar en otra cosa, ya había alguien que dependía de mí”, recuerda.

    El futbol lo había decepcionado, los viejos y malos vicios que se arrastran en el futbol mexicano, lo habían dañado. “En San Luis no me dejaban jugar porque el hijo del patrocinador principal quería ser portero, y además, tampoco me pagaban, luego llegó un coordinador de fuerzas básicas que me pidió dinero para alinearme, no… estaba muy decepcionado del futbol mexicano, el ambiente es muy sucio, hay mucha gente que se aprovecharde los chavos”.

    Denunció a quien trató de extorsionarlo, pero “como siempre, el futbolista la lleva de perder. Era palabra contra palabra, y me echaron del equipo”.

    Joel estaba decidido a colgar los guantes, cuando una oportunidad le cayó del cielo… ”Me iba a retirar, cuando un jugador colombiano, Fredy Hinestroza [hoy en Santos Laguna], me recomienda para ir a El Salvador”.

    La esperanza regresó, los sueños los guardó en la maleta y voló para el país centroamericano, y lo que para muchos jugadores mexicanos significaría tocar fondo, para el “Pitukz” se volvió un nuevo comienzo.

    Llegué en enero al Santa Tecla, y pasó un rato sin que me resolvieran, esperaban fichar a un portero de la selección de Jamaica, pero no se dio y decidieron darme la oportunidad”.

    En cuanto se puso bajo los tres postes, “sabía que no podía fallar”. Así que la búsqueda de Joel Almeida llegó a su fin. Encontró su lugar, su sitio, allá en El Salvador, allá donde se dice, se “odia a los mexicanos”.

    Eso –comenta—, no es cierto, no tanto. Al principio conmigo tenían dudas, algunos me abucheaban, pero hoy no, la tribuna me apoya, me han tomado simpatía. Aquí a los porteros visitantes se les arroja de todo, botellas, vasos, líquido de dudosa procedencia, pero a mí no tanto, hasta los rivales me han tomado cariño”.

    Estos días, el “Pitukz” ha tomado más notoriedad por el juego entre El Salvador y México. “Aquí hay algunos seleccionados de El Salvador, me echaban apuestas, dicen que nos van a ganar… Yo sólo me río. Espero que gane México, pero también quiero que El Salvador califique”.

     

    Joel Almeida por fin sonríe. Para lo que a otros significaría un infierno, a él le parece un paraíso. El Salvador “salvó” su carrera, y ahora le ha tomado un cariño especial a esta tierra que ve a los mexicanos como enemigos, “pero al final”, dice, “siento que nos parecemos mucho más de lo que se imaginan…».

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